noviembre eterno

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Noviembre fue el cumpleaños de muchos crímenes. El noveno día de este mes sangriento, me arrastré fuera del vientre de mi madre, grité y, como el noventa por ciento de los niños, respiré por primera vez con mis pulmones al amanecer. Era un ser humano. ser y crecí. Fui a la escuela y aprendí que la diferencia entre nosotros y otros seres vivos era el poder de la autoridad y el intelecto. En ese momento, me di cuenta de que nuestra similitud con el mundo creado era un sentimiento. Los tabúes robaron la autoridad de mi clase social. Fui a clase durante años y estudié mucho para recuperar mi intelecto robado, pero en el decimoctavo año de mi vida fui cuesta abajo. Cuando estaba en el metro, experimenté algo más. Sentado en el metro. Mis ojos estaban adoloridos por leer mi cuadernillo de matemáticas. Cerré los ojos y levanté la cabeza por un momento y abrí los ojos frente a mí y vi la hermosa encarnación del mundo. Besar el agua del desierto besar mi rostro por un momento Mis ojos no estaban ya cansada porque los ojos azules Sus ojos habían humedecido mis ojos, y el agua parecía curar mis ojos con marrón. Había rastros de dos zapatos entre nosotros, pero nuestras almas internas se abrazaron. Al día siguiente, me uní a las filas de criminales y rompe-tabúes, porque mi mente permitía que los dedos del diseño tocaran la suavidad del sexo opuesto oh, porque el miedo no me permitía avanzar, y solo me permitía encontrarme con él en silencio, sentía sus pasos detrás de mí, estaba justo en frente a mi puerta. Giré la llave sin mirar atrás. Cerré la puerta. No lo vi excepto en mis sueños. Doce años después, yo era uno de los Zands ricos. Escuché a mi corazón, sí, él está en la ciudad eterna y ahora piensa en mi y cada vez que repite frente al espejo que en la primera ¿Qué me dice la visita? Hice mi maleta y tomé el camino del amor. Ahora nos vamos a amar o el amor nos llega. Yo estuve presente, una leyenda decía que quien le da una moneda a esta primavera, la primavera se traerlo de vuelta a esta ciudad otra vez. El sol se puso en rojo. Esta vez volví. El noveno amanecer de noviembre. No lloré. Sus manos estaban alrededor de mi pecho y sus muslos estaban entre las dos ranuras de mi cuerpo. 9 86 9 88 8 7 9 85 8 8 8 1 8 7 8 8 8 8 2 9 88 9 Leer más

Fecha: 22 de Noviembre, 2018

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